Se comenta que el primer paso para la tranquilidad del espíritu es centrarse en el aquí y ahora. Pues bien, me centro y constato que en el aquí y ahora me rodeo de las siguientes criaturas (entre muchas otras):
-3 ordenadores
-demasiadas fundas de cds
-más que demasiados vasos y tazas
-plásticos y envoltorios varios, en su mayoría con restos de galletas dentro
-un cerdo de caucho (his name is Rofo)
-un bello efebo con infame humor por hallarse encadenado a uno de los ordenadores resolviendo ecuaciones de Yang-Baxter a golpe de fusta
-muchas moneditas de esas tan monas que no se come ninguna máquina
-un reproductor de mp3 como quien dice sumergido en los ácidos de una pila reventada
La conclusión evidente es que es hora de poner cierto orden en mi vida (quien dice en mi vida dice en mi mesa). Haré por salir a la calle y echar a andar sin tener de antemano la menor idea de donde acabaré, que es uno de mis pasatiempos favoritos y no puede hacerle a uno más que bien. Por lo demás, se rumorea que me esperan unas pizzas en los confines de Chueca esta noche (en un piso del que se dice fue un su día mítico templo del descoco...doy fe).
No es la existencia ordenada, sublime y excelsa que en mi por todos conocida ingenuidad creí que me esperaba este mes, pero hay que reconocer que como forzosa alternativa no está nada mal.

Rofo knows what's good in life!