lunes, 30 de abril de 2007

Que les salven de sí mismos!

La entrada de hoy, por una vez, no va a versar sobre mis indignidades cotidianas y similares trivialidades. Por el contrario tiene un objetivo serio: contribuir a la ilustración de los queridos lectores y convertirlos en hombres y mujeres, si no de pro, de mundo. Y es que los queridos lectores van a tener una pequeña toma de contacto con una barbaridad de ultramar: el paternalismo sueco (cortesía de Marmote y de la prensa local del país).

Me visualicen la siguiente situación: Marmote se dispone a buscar una excusa de evasión del manual de STATA cuando viene a dar con la edición digital de un periodico local de su bellísimo y amado país. Un tremendo escalofrío - deliciosa mezcla de placer y horror - recorre la espina dorsal de Marmote al verse saludada por el siguiente titular de un anuncio, emitido por la empresa local de transportes públicos:

"LA-PEQUEÑA-GUÍA-PARA-SALVAR-EL-MUNDO" (transcripción literal del original, incluidos guiones!)

El anuncio prosigue con un subtítulo (traducción muy fidedigna, se lo juro, por increíble que les parezca):

"Aquí vienen cinco cosas que como automovilista puedes hacer rapidito rapidito. Cosas que de hecho consiguen que salves el mundo un poquito cada día"

Dicha frase esperpéntica viene seguida de los cinco puntos salvíficos que detallo a continuación:

Punto 1: "Ve en transporte público. Al menos un día a la semana. No sólo le haces al medio ambiente un favor gigantesco (literal!); además, si todos hacen como tú, las colas a la entrada de la ciudad disminuirán. El tráfico se hará tan escaso como en la semana blanca" (sí, sí, la semana del esquí de febrero, la misma que tenemos en la península ibérica...ya ven, ejemplo pedagógico y sin fronteras donde los haya. Y necesario como el agua y el alimento en un país del tamaño de la península ibérica pero con 9 millones de habitantes, cuya urbe más vasta no sobrepasa el millón y medio y donde la bicicleta es el mayor y más preciado de los fetiches. No les digo más no sea que me visualicen la apocalíptica visión de las colas a la entrada de las ciudades y se me asusten).

Punto 2: "Deja que tu segundo coche sea un autobús (también literal, júroselo). Antes de comprarte otro coche, piénsatelo dos veces. El transporte público y la bici pueden ser en muchos casos un buen complemento al coche" (hasta aquí, pase. Sea. Fuera de lo que me amedentra la idea de comprarme un autobús, mantengo la calma. La condescendencia con el ciudadano, los bienintencionados consejos y la dulzura persuasoria aún no han alcanzado cotas capaces de soliviantar a Marmote)

El Punto 3 insta al buen ciudadano a compartir su coche con otros y les recuerda que "la manera más bonita de desplazarse todos juntos es ir en transporte público" (Ante tamaña explosión de Flower Power me conmuevo... qué bonito sería comprarse ya el autobús y pintarlo de colorines, estamparlo con mariposas y palomas de la paz...) . El Punto 4 exhorta vivamente al buen ciudadano: "Mete el coche en el garaje" y añade: "si tienes esa posibilidad" (mejor clarificar, no sea que algún mamónpalurdo llamado a la obediencia ciega lo meta en el garaje del vecino). No contento con eso, la siempre servicial empresa de transportes le recuerda al rebobísimo lector que " un coche caliente da menos cantidades (el verbo emitir aparentemente se juzga harto difícil para que lo comprenda el rebobísimo lector) de gases peligrosos al arrancar en frío". También puntualiza (no sea que no se le ocurra al rebobísimo lector) que así se ahorra en batería, motor y gasolina. Y para acabar de iluminar al rebobísimo lector, acto seguido le sugiere: "Y quizá no se te haya ocurrido, pero los tranvías nunca tienen que arrancar en frío". El quinto punto, a continuación, todo un poema: "¡Respeta los límites de seguridad! Cuanto más rápido vayas, más sueltas" (gases peligrosos, se entiende). "Y por si te lo preguntas, te podemos decir que nuestros conductores de tranvía siempre respetan los límites de seguridad"

Encantador. Los diminutivos, el lenguaje pueril, los consejitos dulces, prácticos y llenos de bonísima intención, la ñoña y ya tan familiar condescendencia...deliciosos y reales como la vida misma, y Marmote se debate, como no podía ser menos, entre el orgasmo mental o el franco estupor. Pero la decisión entre ambos no llega hasta que ve, un poco más abajo, la guinda del pastel...

...Y la guinda, señores, es una casilla a marcar con el siguiente texto adjunto:
"¡Sí, he leído y entendido! ¡Ahora quiero pillar y denunciar a alguien!"

Aquí Marmote, que de sobra ha leído y entendido (muy a su pesar), con contundente golpe de ratón marca la casilla y es redirigida a un recuadro con un encabezado traducible por algo así como "El localiza-canallas del medio ambiente" en el que se le insta a escribir el nombre y dirección de correo electrónico de un amigo (?) poco respetuoso con el medio ambiente al que la solícita empresa de transportes se encargará de mandar la correspondiente recriminación electrónica (acompañada, por supuesto, de su Guía-Salvamundos y su celo redentor)

Les aseguro es verídico. Esto se llama responsabilidad social y lo demás son tonterías.

Me vuelvo rauda y veloz y entonando un mea culpa por mi pereza intelectual al manual de STATA. He encontrado mi justa penitencia. No volveré a leer nada en todo el día de hoy que no sea el manual de STATA. Ya se lo digo.

sábado, 28 de abril de 2007

Mañanas sin glamour

Son aquéllas justamente como ésta.

El amanecer literalmente bañado en sudor por haberse negado uno mismo, durante semanas, a creer que ya era primavera más allá del Corte Inglés y a quitar la tonelada y media de edredón nórdico de dudosísima utilidad en la meseta central ibérica, ya crea una cierta predisposición a empezar mal el día.

El no despertarse con el melodioso canto de un ave cantora como el mirlo o la abubilla, ni tan siquiera con el tan ordinario pitido del despertador, sino con la canción del Probe Miguel sonando a todo trapo bajo la ventana - esos palmeros, esos sentidos rasgueos de la guitarra...- y el berrido de una Caterpillar (ambos fenómenos fruto de vivir en un barrio en construcción y como quien dice a pie de obra), no sólo aumenta la predisposición a empezar mal el día, sino que llama al juramento y la maledicencia.

Ni que decir tiene que redescubrirse como un ser greñudo y legañoso con pantuflas marca Alcampo que ennegrecen por momentos ya pide a gritos la rebelión abierta (amén de un extreme makeover).

Durísimas batallas a librar en la mañana de hoy:

1) Desgreñarse las greñas (o bien optar por la tan socorrida rasta)

2) Frenar el avance del caos y la destrucción en mi hogar (bayeta en ristre, fregona en mano, maldición en la punta de la lengua y mirada criminal...)

3) Someterse a avanzadas técnicas de autosugestión hasta despertar un ardiente, indomable, fierísimo e incontenible deseo de hacer un listado completo de los partidos en el gobierno en los países postcommunistas (tan necesario ahora mismo como el comer)

Que pasen un buen sábado - tendrán noticias mías desde el frente.

martes, 24 de abril de 2007

Toledian Nights (I)

Anoche me sometí al proceso de alienación que ya viene siendo habitual en los últimos tiempos (=enajenación del fruto de mi trabajo por el explotador y transformación de mi ente en guiñapo)

Muy pocas horas, 1 botella de coca-cola, 1 barreño de café, 1 paquete galletas Oreo y 1700 improperios en arameo clásico más tarde me hallo presa de un emberzamiento que nada tiene que envidiar a la más memorable de las curdas pubertales. Y empero les demuestro a mis queridos lectores que esto del blog va en serio. Si puedo escribir hoy, escribiré cualquier día.

Destacar que se me ha caído el cepillo de piños de los piños esta mañana (prueba de mi estado pre-comatoso)

Augurios de mi horóscopo para este día tan señalado:
"si te notas romántico y algo desprendido, que no te sorprenda: estás en un tránsito pasional. Hay días en que ni uno mismo se reconoce".

Podría decir mucho de los horóscopos, pero de su carácter vejatorio no tenía ni idea.

domingo, 22 de abril de 2007

Inauguration by accident

Siendo éste un día notoriamente infame, cabe pensar que no lo hay mejor para abandonar mi innata pereza y empezar de una vez por todas este blog, a ver si al menos me sirve para hallar una miaja de solaz espiritual (Dios me oiga). En fin, mi naturaleza absurdamente rebelde es lo que tiene: me acaba llevando por malísimos derroteros. Basta que me falten horas para el sueño, el trabajo, el descanso y la búsqueda del sosiego para que se empecine en echar a rodar mis esperanzas de eficacia y buen hacer a lo largo del día. Las maneras de hacer esto último son muchas y muy diversas: el total enfrascamiento en foros de acalorada protesta ante fenómenos sociales como la subida del precio del abono transporte (por supuesto como cobarde y silencioso espectador), la visualización de un fascinante abanico de obras televisivas (desde las soeces Supernenas hasta los programas más añejos de Juan Tamariz) o la organización obsesivo-compulsiva de la semana en la agenda (un clásico).

Y bien, mi naturaleza siempre encuentra maneras de sorprenderme (para bien y para fatal!), y hoy ha optado por la estrategia de – aprovechando la vulnerabilidad que provoca un día inmundo – hacerme ceder, por fin, a las múltiples presiones de oscuros instigadores que estaban deseando verme sucumbir y ponerme en evidencia (abyectos!) Y he sucumbido (y me pondré, sin duda, en evidencia) Ya tengo blog. Decididamente estoy perdiendo facultades. Frotaos, frotaos las manos y gozad, malditos, que no seré yo quien os niegue ese deleite. A cambio no espero menos que una cálida acogida con asiduos comentarios (para que este animalito sobreviva hay que alimentarlo bien…).