lunes, 19 de noviembre de 2007

We don't need no education

Y por ende, este año no le voy a pedir a los Reyes ningún libro de revueltas obreras, aunque haya a quien le pese. A día de hoy (mañana del demoño, lunes infernal), más bien se barajan las siguientes opciones:

1. Una pata de conejo (o en su defecto, una pulsera ochentera de chinitos de la suerte, cualquier cosa que ahuyente el bad kharma que me persigue)
2. Una coraza (de acero blindado y con veintecientas capas de forro de borrego escocés)
3. Un médico de urgencias (o de Urgencias, Clooney me vale) que se instale en mi hogar y de paso me friegue los suelos
4. Un ecógrafo
5. Un barril de cazalla king-size para ahogarme en él si hay un nuevo percance

(Y pensar que llevaba días a puntito de darle el golpe de gracia definitivo a este paño de lágrimas y registro de rabietas tan bueno que es mi blog...Necia es la juventud y obcecada la impaciencia, que dijo Montaigne)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Montaigne?¿Ha publicado algo en Econometrica ultimamente?

Animo!

MARMOTE dijo...

No, más bien te suena por esa gran obra de antropología social postmodernista que es ahora mismo tu libro de cabecera...(sí, la de los trabajos de campo en las plantaciones de sémola de la estepas kazakas)